Albañiles edificando sueños de fútbol

“Confieso que es muy rara la noche que no sueño con goles espectaculares, hermosos y míos”, escribió Jorge Valdano en su libro Sueños de fútbol.

Mario Benedetti, en uno de los suyos, Despites y franquezas, escribió en El Césped: “Nunca se lo he confesado a nadie, dijo Benja pocos días más tarde mientras desayunaban en la cocina, pero a vos quiero contártelo. Tengo sueños, ¿sabés? Todos tenemos sueños, dijo Ale. Sí, pero lo míos son sueños de fútbol”.

Ni Valdano ni Benedetti, que habrán pasado muchas noches de su vida soñando, gritando y escribiendo goles, seguramente soñaron lo de Enzo Maximiliano Luquez. Al gurí del barrio, albañil con 17 años, lo invadió el sueño que un domingo iba a hacer los dos goles en la Tercera para ganar 2 a 1. Hasta acá son cosas que el fútbol nos tiene acostumbrados. Se lo contó a Mario, su hermano mellizo y compañero en las divisiones juveniles sureñas; como en aquel cuento de Benedetti. Enzo, que jugó toda la vida en Parque Sur, le dijo mientras levantaba la cuchara con cemento para pegar otra hilada de ladrillos: “Hermano, ese es sólo el comienzo del sueño”.

El mismo domingo, un rato después, iría al banco de la Primera, para su debut –en noviembre recién cumplirá los 18 años. Saltaría en su cancha con el juego 1 a 1 promediando el segundo tiempo, en la última fecha del campeonato, ante su gente y los amigos pegado al alambrado. Tocaría tan solo un par de veces la pelota, en la segunda para dársela al volante por afuera. El sueño le pedía que la vaya a buscar y fue al área, su lugar en el mundo. No lo buscarían a él en el centro, imaginó bien, pero los goles son mejor soñados en las áreas. El centro fue para un compañero, efectivamente como pensó. El arquero dio rebote tras ese remate al arco. Enzo la fue a buscar, tuvo tiempo de esquivar al uno mecánico porque el sueño ya se lo había anticipado. La empujó al gol después de desparramarlo con una gambeta y la pelota terminó abrazada en el fondo de ese techo de piolas. La Primera también ganó 2 a 1, con un gol suyo en el debut. El mismo domingo.

Hay tardes que el fútbol hace realidad lo que los sueños parecen exagerar cuando sueñan. Lo más maravilloso de esos sueños es que el fútbol se los cumple a los pibes que pelean la vida cada día con una pelota bajo un brazo y las herramientas de albañiles en el otro para desafiar los crueles inviernos e insoportables veranos. Ahí andan los Luquez, como soñó Valdano y como escribió Benedetti, con sueños de fútbol por las vereditas del sur mientras patean para la cancha después de darle descanso a la hormigonera hasta la próxima mañana.

(Por Marcelo Sgalia). (Nota: El último domingo 15, Parque Sur le ganó sus dos partidos a Engranaje por 2 a 1. En Tercera con dos goles de Enzo Luquez. En Primera debutó y marcó el tanto del triunfo).