Dejó pasar sus momentos y lo perdió

Parque Sur perdió anoche el clásico ante Rocamora por 77 a 72, en un Paccagnella repleto que vivió otra tremenda fiesta. Eso es lo primero que debe destacarse, antes de analizar el juego. El básquetbol uruguayense estuvo otra vez a la altura de un clásico en la segunda categoría del país y desde todos lados, y de principio a fin, sobraron imágenes entendiendo que es un partido. Esta vez fue Rocamora el dueño de los festejos, el más golpeado en el historial de los clásicos, y Parque Sur el que debió bancarse la derrota. Así fue, bienvenido y aplaudible. Subrayando eso, se puede seguir disfrutando. Y entendiendo el mensaje, en la salida de los dos planteles a la cancha con jugadores de categoría Mosquitos del otro equipo y posando todos juntos para una foto. La fiesta primero. Luego, a los dos minutos de partido, cuatro jugadores de cabeza al piso por una pelota. Y en el cierre, el ganador festeja con su gente y el perdedor aplaude a su equipo y espera la revancha. Eso fue lo más importante, una vez más, de un clásico uruguayense en Liga Argentina. Porque para ganar siempre primero hay que saber perder. Parque Sur supo hacerlo, felicitando a su rival, adentro y afuera. Se agradece. Y se festeja.

Hablemos del juego. Discutido, impreciso, con urgencias y errores no forzados, con varias interrupciones y jugadas para revisar, con momentos para los dos y pinceladas de buen básquetbol, sin figuras descollantes y una fiesta en las tribunas durante toda la noche, de ambos lados, que era uno solo apenas separados por unas vallas. Matías Caire fue el goleador de la noche con 17 puntos. Juan Pablo Lugrín, con 15, el mayor anotador sureño.

Rocamora lo ganó porque en el cierre fue el mejor de los dos, el que estuvo más fino y sereno para ganarlo. Y no le importó nada, como corresponde, que su rival le perdone sus tantos y repetidos errores de atacar mal en muchos pasajes del clásico. Lo dejaron en partido, lo fue a buscar y pasó a cobrarlo por ventanilla.

Parque Sur lo perdió porque la noche y su rival se cansaron de darles momentos favorables para abrazar el triunfo y los dejó pasar a todos. Fue un clásico en el que ganaron los músculos sobre el intelecto. El vértigo de correr sobresalió inclusive cuando el partido pedía esas pausas riquelmeanas. En eso, el cerebro de Agustín Richard -14 puntos- fue el único que lo entendió, el que mejor interpretó lo que el partido pedía una vez más, pero sus descansos en la banca fueron letales, sobre todo en el último cuarto.

Rocamora arrancó mejor pero su dominio se esfumó rápido. Y Parque Sur hizo mucho mejor las cosas en los dos canastos en los primeros diez que se llevó 22 a 12. La soledad de Matías Caire en ataque (9 de los 12 puntos del equipo en 10 minutos) eran muy pocos argumentos para ganar un clásico en casa. Parque Sur tenía a un intratable Juan Pablo Lugrín (10 puntos), en buena sintonía con Laureano Legaria, Sebastián Alvarez y el mejor partido de Nacho Zulberti en su llegada al club. Así Parque, sin sobresaltos, era dueño del partido y el tablero.

El segundo estiró esas cosas en el inicio. Hay que sumar un momento favorable de Patrick Smith bajando rebotes -8 en total- en ambas pinturas. Aunque volvió a quedar lejos y mostrarse errático a la hora de anotar (apenas pobres 4 puntos). El partido le sirvió a Parque Sur una diferencia mayor. Su rival era una suma de errores y malas decisiones. Parque dejó pasar la primera chance de golpearlo. Erró demasiado y apuró los caminos atacando mal y tirando peor, cuando las urgencias las tenía su oponente.

Entonces, aparecieron méritos del otro lado y Rocamora también los tuvo. En Caire, en el extrajero Jelks, en Kili Romero y un bombazo de Tomás Gutiérrez. El Rocamora desconcertado se puso a un doble y le vendió sus dudas a Parque. En esos momentos siempre aparece Agustín Richard, que con 5 puntos en fila, le dio aire a los suyos. León Hampton aportó sus promedios -14 puntos-, que son muy interesantes en casi todos los rubros. Kili Romero -16 puntos y 9 rebotes- leyó lo que el clásico le pedía a esa hora. Y Rocamora le empató el partido en 37 a un olvidable segundo cuarto sureño, que perdió 15 – 25.

Parque Sur mostró en el arranque del tercer chico que había entendido lo que pasó. Y empezó a jugar al básquetbol otra vez. Lugrín -de impecable primer tiempo-, Richard, Alvarez y los dos extranjeros. Sobre todo Alvarez. Sacó 10 de ventaja promediando el tercero: 41 – 51. Rocamora volvió a sus errores. Fue superado en su canasto y a la hora de atacar la rotación de la pelota era una rareza de encontrar. Y chocó contra eso. Acá apareció el segundo momento donde Parque Sur no quebró la noche. Y con los mismos autores de un rato antes, sumando a Justo Catalín desde el banco, y un enorme bombazo de costa a costa de Gutiérrez que debió ser revisado, Rocamora se fue abajo al tercero por apenas cuatro: 56-60. La suerte de embocar ese tiro del final, es cierto. Pero vale también. Estaba en partido increíblemente.

Parque Sur retomó en el inicio del último período las riendas del clásico otra vez. En apenas dos minutos, estaba arriba 67 a 56. La manija de su capitán. Una buena noche de Lugrín y Alvarez -metió tres triples seguidos, terminando con 13 tantos. El laburo regular de Hampton y más buenos minutos de Zulberti. Lo ganaba bien el Sureño. Y parecía que se encaminaba a quebrarlo. Pero fue apenas ese lapso. Porque volvió a caer en sus baches, Agustín descansó en el banco y el canasto se cerró al igual que las ideas (hizo 12 puntos en el cuarto final).

Matías Caire apareció en gran forma otra vez del otro lado y Rocamora volvió a discutirle el triunfo. La salvedad que esta vez no quedaba otro cuarto para la recuperación. Gerbaudo se guardó un triple para que Rocamora pase al frente por primera vez en muchísimo tiempo: 73 a 72, con 1.47 por jugar. Ya está escrito que fue el mejor en el cierre, el más inteligente y el más fino. Y lo ganó con Gutiérrez, que la noche le dio sus momentos y los cobró. Fue 77 a 72.

Rocamora sabrá que tiene mucho para corregir, pero es su mérito resurgir varias veces en la noche cuando su rival lo deja con el agua al cuello. Y le ganó a Estudiantes y Parque Sur para cerrar una primera fase que lo tuvo complicado, con lesiones -anoche fue Juan Bergel para seguir de mala racha- y fichajes nuevos en plena competencia.

Parque Sur cierra una primera etapa muy buena, finalmente tercero y sin la mala racha de las lesiones como la temporada anterior. Con buenos pasajes de juego para pelear en lo más alto pero con lagunas que repite en partidos importantes donde se queda sin gol y que anoche le costaron perder un clásico. Laburará sobre eso antes de su gira más larga y dura de la Liga. La mayor bronca de la caída en el Paccagnella será pensar que tuvo muchos momentos para ganarlo y los dejó pasar.

Marcelo Sgalia, encargado de prensa del club Parque Sur. Fotos: Luciano Maneyro.

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