Una noche para detener el tiempo

Los ídolos son para siempre. Esta noche la realidad será engañada. Esa realidad que un día vino y burlonamente nos mostró como el Negro Benavídez dejaba de ser jugador sureño. ¿El Negro? ¿De verdad, el Negro no va a jugar más? Cómo el hincha puede aceptar esas cosas sin llenarse de dolor. Cómo al hincha no le han dado todavía la facultad extraordinaria de detener el tiempo, de inventar un decreto para que haya cosas que duren para siempre, que no terminen. Cómo puede manejarse esa tristeza de aceptar que el tipo que nos dio el corazón en miles de noches de básquet, que nos hizo ganar ascensos, esos que sólo había que darles la pelota cuando nadie la quería, en los minutos finales porque eran gol o foul y él en la soledad de la línea cuando los corazones se detienen lo iba a resolver para darnos otra alegría interminable, para siempre y sin pedirnos nada a cambio. En nombre de quién la realidad tiene la caradurez de venir a decirnos una noche así como si nada que el Negro se fue, que no puede jugar más. Pero quién carajo se cree que es. Qué vaya a otros sitios a inventar esas cosas.

Fue ella misma que como si eso no alcanzara para destrozarnos, cuándo parecíamos recuperados de ese golpe al corazón esperó que nos acomodáramos un poco y nos tiró otra vez en la cara: Agustín Richard se retira para estudiar y laburar en una farmacia. La realidad superó los límites imaginarios de lo que un hincha puede aguantar. Y eso que los hinchas tienen una capacidad insuperable de almacenar sufrimiento y seguir caminando para ver a su equipo. Las pasiones son inexplicables. Y aunque sepamos que es probable que otra vez ellos se lleven el triunfo vamos a ir igual soñando con qué hoy ganamos. Y así por siempre.

Bueno, basta viejo. Antes que nos digan que Elnes se puede ir también, porque se calcula que la jodida compañera lo viene tramando para clavarnos otro puñal al corazón, hablamos con la señora ficción. Concretamente necesitamos que usted, con su capacidad de invención, nos conceda el placer de regalarnos un rato de magia otra vez. Denos un par de noches más. Es cierto que también queremos joder a la realidad, que tanto mal nos hizo. Pero no es de rencorosos que se lo pedimos. Es para que ella se dé cuenta definitivamente qué hay cosas que son para siempre y que ella no puede venir a decirnos así, tan suelta de desinterés y carente de amor, qué tal cosa no va a pasar más. Sólo necesitamos que usted nos invente esta noche y algunas más. Para la gente, para el barrio, para el básquet. O va a decirnos que usted no nos debe esto. Señora ficción sabe lo que significaría volver a ver juntos en una cancha jugando un torneo oficial al Negro, al Agus, a Coco. Junto a los pibes que hoy sostienen este duro presente.

La ficción escuchó y armó un cuento. Se escondió debajo de los palabras de las banderas y en complicidad con los hinchas que caminarán en un rato hacia el estadio lo volverá a llenar de magia. Se instalará esta misma tarde debajo de las tribunas y esperará para detener el tiempo esta noche. Y cómo si fuera poco verlos nuevamente juntos con la de Parque al Negro y al Agus por los puntos, en el preliminar la inoxidable y talentosa Lili Tamburlini llenará el aire de magia.

El Gigante volverá a sentir aquellas finales del ascenso en 2013 con el Negro y el Agus como estandartes. El estadio volverá a encontrarlos como en aquel 2019 donde jugaron juntos un torneo local, antes de la maldita pandemia. La ficción será realidad esta noche. Porque el deporte, entre sus múltiples hermosas capacidades, es capaz de reírse hasta del tiempo. Ese mismo que hoy habría que detener.

Agustín Richard: “Jugué casi todo, me faltaba esto”

“Tito me preguntó si tenía ganas de volver a jugar, le dije que me gustaría ayudar. Y cuándo me dijo que el Negro jugaba no dudé un segundo. Estoy muy entusiasmado de volver a vestir la camiseta de Parque. Encima lo voy a compartir con mi hermano. Jugué casi todo, me faltaba esto. ¿Con el Negro? Me acuerdo que compartimos un par de Ligas Provinciales, la del ascenso en 2013. Y qué puedo decir yo del Negro. Lo aprecio, lo quiero, me enseñó, es mi ídolo. El Negro era el ídolo de todos. Se la teníamos que dar a él en el final y era gol o foul. Estoy super contento de compartir otra vez un equipo con él. Estoy muy emocionado con todo esto y sólo quiero agradecer”.

Carlos Benavídez: “Pienso en qué voy a volver a ponerme esta camiseta”

“Las ganas de jugar siempre las tengo, nunca las perdí. Estoy jugando la Liga libre pero no puedo entrenar, se me complica con los tiempos. Voy a colaborar con Tito, acompañarlos. Uno sabe más por viejo. Volver a jugar con Agus y Coco será hermoso, los aprecio mucho, al igual que a sus familias. Jugué con los dos. Es muy gratificante. No dejo de pensar que voy a ponerme esta noche la remera de Parque otra vez. Esta gente me dio todo, es el club donde juega mi hijo que es un hincha más. Siento hasta hoy mucho aprecio cada vez que voy al club. Es muy especial lo que va a pasar este jueves. Y voy a sentir también el apoyo de la gente de ASCU, con quiénes vengo laburando hace muchos años, formamos un equipo de básquet con chicos con Síndrome de Down. Es un placer, no un trabajo estar con ellos”.

(Por Marcelo Sgalia).